jueves, 27 de junio de 2013

REFLEXIÓN IV



ANIMACIÓN A LA LECTURA



Este penúltimo bloque me ha gustado mucho, ya que me ha parecido posiblemente el más importante de todos, porque los niños deben tener interés por la lectura, no de una manera impuesta por el profesor, pero sí con ayuda del mismo. Me refiero a que cada niño es diferente y va a tener diferentes gustos, pero partiendo de esta base, los profesores debemos hacer algo para que a los alumnos les pique la curiosidad en el tema de la lectura.


En mi caso, no tuve mucha animación a la lectura en el colegio, sí es cierto que teníamos bibliotecas de aula en todos los cursos pero no tiene nada que ver con intentar crear en los niños un interés por la lectura. Como he dicho en la anterior reflexión, cuando leíamos un libro debíamos apuntarlo y rellenar una ficha para que quedase constancia de quien leía en clase y quien no, en realidad eso era muy aburrido y tengo la sensación de que no valía de mucho, yo cuando terminaba los libros lo que quería era contarle a todo el mundo lo que pasaba en el libro, cómo lo veía yo y cómo me había entretenido y divertido leyéndolo.


A pesar de no haber realizado en clase cuando estaba en primaria actividades de animación a la lectura, me gusta leer desde siempre y nunca he dejado de hacerlo, por ejemplo otro problema que yo veo que tiene la lectura en la actualidad, es que cuando sale un libro a la venta no hay apenas tiempo para leérselo, ya hay una película, y obviamente los niños prefieren ver una película que leer un libro porque supone un esfuerzo menor para ellos. Realmente yo les haría ver a los alumnos que esas energías que van a gastar para leer un libro se verán plenamente recompensadas cuando se den cuenta de que la película ha ido transcurriendo en su cabeza como ellos han querido, es decir, hacerles entender que la ventaja de leer un libro es que tu imaginación se desarrolla y genera imágenes mentales sobre lo que a nosotros nos gusta.


En cuanto a mi periodo de prácticas, he de decir que me gustó cómo trabajaban los niños muchos aspectos educativos, pero en concreto la lectura no. Tenían dos días a la semana de lectura, pero cada uno de esos dos días leían un libro diferente, lo que ya para comenzar me parece un error, ya que al estar leyendo dos libros a la vez es posible que se hagan un lío. Por otra parte no me pareció productivo para los niños realizar solamente lectura en voz alta, ya que cada niño tiene su tiempo para leer una página y si el niño que está leyendo en alto lee más despacio o más rápido que los demás es posible que no se enteren de que trata la historia. La lectura en voz alta debería hacerse para ir comprobando el nivel de lectura que tiene cada alumno, pero nunca de forma evaluable, sino simplemente para ver el avance y ayudarle a mejorar en lo que se pueda. En estos dos días de lectura que tenían en mi clase de prácticas yo hubiese hecho al principio un capítulo que ya leyésemos el otro día en voz alta y después uno nuevo en silencio, para que de esta forma los alumnos se enteren de lo que están leyendo.


También es cierto que durante mis prácticas, a parte de tener esas dos horas de lectura con otra profesora, la tutora de mi clase siempre les dejaba una hora a la semana para que leyesen libros de su interés, lo que me pareció muy importante. Los niños tenían que traer a principio de curso un libro para dejarlo en la biblioteca del aula, de esta forma cada compañero podía coger el libro que quisiera y una vez terminado apuntar cuales se había leído. Me pareció un buena idea, porque ¿qué mejor elección de libros que la que ellos pueden traes desde casa? Ellos tienen los gustos más parecidos o más aproximados, por lo que esta idea facilita la animación a la lectura de los niños.


Además para este bloque tuvimos que hacer una actividad de animación a la lectura, en la cual debíamos realizar una serie de actividades para antes, durante y después de la lectura, que es cuando más provecho podemos sacar de la misma.


Las actividades de antes de la lectura sirven para introducir al niño dentro de la literatura, y que de esta forma se cree en él un interés antes de  comenzar a leer. El objetivo de estas actividades previas a la lectura es conseguir de antemano que la lectura le parezca llamativa al niño y de esta forma conseguir que comience a leer.


Las actividades durante la lectura sirven para comprobar que los niños son conscientes que lo que va ocurriendo en el libro, es decir, sirve para darnos cuenta de si los niños trabajan una buena lectura silenciosa, ya que serán actividades relacionadas con lo que estén leyendo en ese momento o ya han leído recientemente.


Las actividades para después de la lectura sirven para analizar la memoria que tienen los niños, ya que supongamos que la lectura de un libro de animación a la lectura debería de durar una semana para que los niños no olviden lo que han leído y puedan realizar las actividades correctamente, siempre y cuando hayan realizado una buena lectura comprensiva.


Para que el maestro consiga potenciar mucho más la lectura entre sus alumnos, puede trabajar con diplomas de lectores, carnets de lectura y diferentes documentos “importantes” para los niños, los cuales les motivarán a la hora de dedicarse a la lectura.



Gracias a este bloque he aprendido la verdadera importancia que tiene la labor del profesor a la hora de acercar a los niños a la lectura, ya que muchas veces, por lo menos en mi vida, el problema ha sido que no hemos tenido a nadie que nos ayudara a acercarnos a ella, los que nos hemos acercado más ha sido por voluntad propia, no porque alguien haya intentado hacer que nos atraiga la lectura, por lo que a partir de ahora yo sí que voy a trabajar eso con los niños, ya que me parece un papel fundamental en la educación de todos los niños.


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