POESÍA
Para llevar a cabo este apartado he decidido que mi creación
va a ser sobre el baloncesto:
El baloncesto es mi
diversión
El baloncesto es mi
escape
El baloncesto es mi
alegría
El baloncesto es mi
necesidad
El baloncesto es mi
día
El baloncesto es para
mí una ¡¡FORMA DE VIDA!!
PROSA
Para desarrollar el apartado de la prosa he decidido realizar
un cuento partiendo de seis preguntas, la cuales son las siguientes:
¿Quién?: El hechicero
¿Dónde?: En la cueva
¿Qué hacía?: Intentar escapar
¿Qué dijo?: Que se arrepentía
¿Qué le decían?: Que era demasiado tarde
¿Cómo terminó?: Léelo y lo descubrirás…
Érase una vez un reino muy muy lejano llamado Limbad, en el
que la magia estaba comenzando a ser muy escasa. Antiguamente habían sido el
reino más mágico de toda la zona, pero hacía unos días, en las montañas se veía
algo extraño, por lo que algunos de los magos más fuertes y poderosos del reino
fueron a investigar. Tras dos días de caminata llegaron a las montañas, encontraron
un camino que les llevó al interior de una cueva. Antes de entrar echaron a
suertes a ver quién era el valiente que entraría primero, le tocó al más jovencito
de todos, pero a su vez el menos asustadizo. Una vez dentro de la cueva vieron
una extraña luz que provenía de no muy lejos, se acercaron a ver y descubrieron
que un hechicero estaba absorbiendo, a partir de un hechizo, toda la magia que
tenía el reino. Muy enfadados los magos le sobresaltaron y le dijeron que
deshiciese el hechizo para que todo el reino pudiese volver a disfrutar de su
magia, el hechicero se negó y salió corriendo no antes sin haber metido toda la
magia en un frasco de cristal que se enganchó al cuello. Acto seguido los magos
comenzaron a perseguirle por toda la cueva. El hechicero tuvo la mala suerte de
tropezar con una roca y quedarse colgando de un precipicio dentro de la cueva
desde el cual no se veía final. El hechicero pidió ayuda a los magos, diciendo
que se arrepentía de lo que había hecho y que estaba dispuesto a devolver a la
magia al reino si le salvaban la vida, los magos le dijeron que ya era
demasiado tarde, a no ser que primero les diese el frasco con la magia. El hechicero
muerto de miedo decidió soltar una mano y descolgarse el frasco del cuello para
dárselo a los magos, pero se escurrió un poco más y cayó, soltando el frasco
para que los magos pudieran cogerlo. Cuando uno de los magos entró en contacto
con la magia realizó un hechizo para que el hechicero yo cayese por el
precipicio. Cuando consiguieron salvarle decidieron llevarle al reino para
ofrecerle un lugar donde vivir y para que no volviese hacer el mal a nadie.
TEATRO
Creación teatral.
Personajes:
-
Narrador
-
Luis
-
Eva
-
Ratoncín
-
Madre
-
Padre
(Todo comienza en casa de Luis, celebrando su cumpleaños,
sus padres le querían preparar una fiesta sorpresa y avisaron a su mejor amiga
Eva para que le entretuviese antes de llegar a casa después del colegio).
Narrador: Era otra mañana cualquiera, Luis se levantó para
ir al colegio, se aseó, desayunó, se despidió de sus padres y se marchó. Luis
estaba más triste que ningún otro día, ya que era su cumpleaños, y sus padres
no se habían dado ni cuenta, ya que ni le habían felicitado ni le habían dicho
nada. Cuando Luis llegó al colegio se encontró con Eva.
Eva: ¡Muchísimas Felicidades Luis! ¿Qué tal la mañana? ¿Qué
te han regalado tus padres?
Luis: Muchas gracias Eva, eres la única que te has acordado
de que es mi cumpleaños. Estoy muy triste porque mis padres se han olvidado…
Eva: Lo siento mucho Luis, pero ya verás seguro que todo se
arregla, estarán muy ocupados con el trabajo, no se lo debes tener en cuenta…
Narrador: De repente a Eva le sonó el teléfono móvil, vio en
la pantalla que era la madre de Luis y se alejó corriendo de él.
Madre: Buenos días Eva, como hoy es el cumpleaños de Luis,
hemos pensado en hacerle una fiesta sorpresa esta tarde, y te quería pedir si
podías entretenerle antes de regresar a casa cuando terminéis el colegio.
Eva: ¡Por supuesto! Le va a hacer muchísima ilusión porque
estaba triste porque pensaba que os habíais olvidado de su cumpleaños esta
mañana. No te preocupes le llevaré a dar una vuelta por el parque antes del ir
a vuestra casa.
Narrador: Cuando salieron del colegio Eva llevó a Luis al
parque como le había prometido a su madre. Después de un rato fueron a casa de
Luis. Desde fuera todo parecía muy oscuro y Luis se puso más triste pensando
que iba a estar solo el día de su cumpleaños, Eva se despidió de él haciendo como
que se dirigía a su casa, Luis fue en dirección a la puerta de su casa y cuando
la abrió…
Madre, Padre, amigos: ¡¡SORPRESA!! ¡¡FELICIDADES LUIS!!
Luis: (Con cara de asombro) ¡¡Muchas gracias!! Pensaba que
todos os habíais olvidado de mi cumpleaños, qué alegría.
Padre: ¿Te ha gustado la actuación de esta mañana? Nos ha
sido muy difícil hacer como que pasábamos de ti, pero creo que por la cara que
has puesto al entrar en casa ha merecido la pena.
Luis: Voy a ir a buscar a Eva que se ha ido a su casa y me
apetece que esté.
Narrador: Aparece la madre de Luis con Eva riéndose de la
situación.
Eva: Espero que ya no estés triste, porque tu madre me llamó
esta mañana para entretenerte antes de venir a casa porque te esperaba esta
fiesta sorpresa.
Madre y padre: Toma hijo, este es nuestro regalo, nos lo
regaló un monje de la montaña en el último viaje que hicimos.
Narrador: Luis coge una caja de tamaño mediano y primero
escucha, oye que algo se mueve dentro y al ser así decidió abrirlo con más
cuidado, una vez quitado el papel del regalo abrió la caja, dentro de ella
apareció un ratón pequeñito de color blanco y negro, que se le quedó mirando y
le dijo: “Muchas Felicidades Luis, soy Ratoncín y a partir de ahora seré tu
mejor amigo”. Luis se quedó petrificado hasta que por fin dijo…
Luis: ¡Muchas gracias papá y mamá! Me encanta y además es
súper bonito y sabe hablar.
Narrador: una vez que se fueron todos los invitados menos
Eva los padres le contaron a Luis la verdad sobre Ratoncín.
Madre y padre: Luis, este regalo es muy importante para
nosotros, ya que se trata de un ratón mágico que puede hacer que consigas todo
lo que te propongas, por eso hemos decidido regalártelo.
Luis: Me encanta y tranquilos que lo sabré cuidar bien y él
cuidará de mí.
Eva: Oye Luis, si quieres me voy y así puedes conocer mejor
a Ratoncín.
Luis: Para nada, mejor si le conocemos juntos.
Ratoncín: Luis, como hoy es un día especial quiero que pidas
el deseo que más ilusión te pueda hacer, y yo intentaré hacer todo lo que esté
en mi mano para hacerlo realidad.
Narrador: Tras pensar un buen rato y consultarlo con Eva…
Luis: Lo que más me apetece hacer ahora es… Ir al Parque de
Atracciones con Eva y con Papá y Mamá y celebrar mi cumpleaños allí pudiéndonos
montar las veces que queramos en todas las atracciones sin tener que esperar la
cola.
Ratoncín: Muy buena elección, allá vamos.
Narrador: Todos pasaron una gran día, sobre todo Luis, que
tuvo un cumpleaños totalmente diferente a los que había tenido. A partir de ese
momento fue muy feliz porque no necesitaba tener muchas cosas para divertirse,
también es cierto que teniendo un ratón que te hace los deseos realidad poco
más se puede pedir, pero aún así Luis utilizaba sus deseos para hacer feliz a
los demás. Pasaron los años y Luis y Eva se casaron y tuvieron un hijo, cuando
cumplió 10 años le ocurrió lo mismo que a Luis y el regalo de Ratoncín fue
pasando de generación en generación.